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Luis Gonzales-Posada: Alan y el martirologio

Alan admiraba a sus padres porque en ellos recordaba a las viejas generaciones del martirologio, de la clandestinidad y la resistencia.

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28/04/2019 / Exitosa Noticias / Actualidad / Actualizado al 09/01/2023

En el recuerdo de Alan valoro el gran amor hacia su madre, Nita Pérez, profesora y dirigente del partido en tiempos difíciles, de la clandestinidad y del garrote de la represión, vicisitudes que también sufrió su padre, Carlos García Ronceros, secretario de organización durante la dictadura del general Odría, quien lo envió a la cárcel durante cinco años.

Sus raíces son apristas y además, Alan nació un 23 de Mayo, día de la gran manifestación universitaria de 1923, en oposición al intento de consagrar el Perú el Corazón de Jesús.

En la jornada murieron un estudiante y un obrero, suceso que simbolizaría la alianza obrero- estudiantil. Y, como sostuvo Haya de la Torre, el 23 de Mayo “está el nombre inicial de nuestro partido: Frente Único de Trabajadores Manuales e intelectuales”.

Alan recordaba esa fecha como una premonición de su destino aprista y admiraba a sus padres porque en ellos recordaba a las viejas generaciones del martirologio, de la clandestinidad y la resistencia.

Cuando era ministro de Justicia, en 1986, lo acompañé a clausurar el penal El Sexto, donde había estado recluido su padre y numerosos compañeros. Su satisfacción era inobjetable mientras observaba a su progenitor recorrer con la mirada esos ambientes donde estuvo privado de su libertad.

Unos días antes que retornara, le pregunté por qué lo hacía si había estado hacia poco en Lima. Me respondió que lo hacía para cumplir su obligación de respetar la ley y para ver a su madre, con quien se mantenía comunicado a través de un televisor. Solo temía que cuando ella se desplazara en automóvil pudiera ver en algún kiosko su foto de su hijo con algún titular ofensivo.

Todo eso recordaba cuando ingresó doña Nita al velatorio. Se hizo un respetuoso silencio mientras ella avanzaba en su silla de ruedas. Se acercó al féretro, oró y después de un tiempo se retiró en silencio a su domicilio para recordar a sus dos hijos y a su esposo que se han ido y que ahora se encuentran juntos al amparo de Dios.