
18/09/2025 / Exitosa Noticias / Espectáculos / Actualizado al 18/09/2025
El ícono urbano Bad Bunny enfrenta una nueva batalla legal en Puerto Rico. Román Carrasco Delgado, un hombre de 84 años y dueño de la casa conocida como "La Casita", presentó una demanda millonaria contra el artista y varias compañías vinculadas a su equipo de producción, alegando el uso indebido de su propiedad en proyectos musicales.
Bad Bunny en líos legales
Lo que parecía un detalle bonito dentro de los conciertos de Bad Bunny hoy se ha convertido en el centro de un pleito judicial que promete dar mucho que hablar. Según el documento judicial presentado en Puerto Rico, Román Carrasco Delgado asegura que su vivienda, ubicada en Humacao, fue utilizada sin su consentimiento en varios proyectos relacionados con Bad Bunny.
El hombre de 84 años señala que su casa fue parte del cortometraje "Debí Tirar Más Fotos", estrenado en enero de este año. Además, denuncia que la imagen de la propiedad sirvió como modelo para construir una réplica que se convirtió en pieza central de la residencia No Me Quiero Ir de Aquí, que el artista ofreció en el Coliseo de Puerto Rico.
Lo que para los fans fue un escenario entrañable, para el dueño de la vivienda significó un dolor de cabeza. Carrasco sostiene que firmó un documento en la pantalla de un celular sin poder leerlo ni entenderlo, ya que no sabe leer ni escribir. Asegura que nunca se le explicó que la réplica de su casa aparecería en conciertos, mercancía o material promocional.
Reclamo millonario contra Bad Bunny
El problema no quedó solo en el uso de la imagen de su vivienda. Román Carrasco Delgado sostiene que la exposición mediática de "La Casita" le ha traído consecuencias inesperadas: decenas de personas llegan a diario hasta su hogar real para tomarse fotos y grabar videos, lo que ha afectado su privacidad y tranquilidad.
Cansado de la situación, el hombre de 84 años decidió llevar el caso a los tribunales y ha pedido una compensación que asciende a 6 millones de dólares. La cifra incluye 5 millones por lo que considera enriquecimiento injusto y un millón adicional por los daños emocionales y la angustia que afirma haber sufrido.
La demanda no solo va contra Bad Bunny, sino también contra las compañías Rimas Entertainment, Move Concerts y A1 Productions, que participaron en la producción de los conciertos y del material promocional. Hasta el momento, ni el artista ni su equipo han dado declaraciones sobre la polémica.
Lo que en los shows se vivió como un detalle emotivo, ahora terminó en tribunales. Bad Bunny enfrenta una millonaria demanda por "La Casita" usada en sus conciertos, acusación que abre un nuevo capítulo en su carrera y que podría costarle varios millones si el fallo no le resulta favorable.