
08/05/2025 / Exitosa Noticias / Exitosa perú / Actualizado al 08/05/2025
Con carteles en mano y profunda indignación, un grupo de vecinos y activistas animalistas realizaron un plantón este jueves frente a la Municipalidad Distrital de Pocollay. La razón: denunciar la creciente problemática de maltrato animal, el abandono de mascotas y la inacción de las autoridades locales. "Señor alcalde, de la cara, tenemos documentos aquí en mano.", declaró Damariz Nuñez, una de las manifestantes integrante del grupo animalista Cambiemos su Vida.
El escenario que motivó la protesta es alarmante. Se han identificado perros y gatos amarrados, sin comida ni agua, desnutridos y cadáveres de animales en descomposición en zonas urbanas y agrícolas del distrito. Además, la proliferación descontrolada de animales callejeros amenaza la salud pública.
Una crisis que compromete a todos
Según los manifestantes, el problema no solo afecta a los animales, sino que repercute directamente en la calidad de vida de los vecinos. "El grado de ignorancia que tienen estas autoridades minimizando todo lo que tiene que ver con este problema del maltrato (..) este es un problema social, va más allá de si me gusta o no me gusta el animal, estamos hablando de salud pública", explicó Damaris Nuñez.
Uno de los puntos más críticos señalados por los protestantes es el incumplimiento de la ordenanza municipal N.º 012-2021, que estipula sanciones económicas por maltrato animal, así como medidas para el control poblacional mediante esterilización.
Veterinaria en abandono y promesas sin cumplir
La falta de infraestructura adecuada también ha sido objeto de reclamos. El centro de esterilización canina y felina, que antes brindaba servicios de esterilización, se encuentra en total abandono, de acuerdo con los vecinos, la actual gestión edil no ha priorizado el tema.
El llamado a las autoridades
Los ciudadanos exigen al alcalde de Pocollay, Hugo Rubén García Mamani, a tomar acciones concretas: reactivación de la veterinaria municipal, campañas de esterilización masiva, aplicación efectiva de multas y sobre todo, voluntad política.
Este clamor no es aislado. Se trata de un grito que nace del dolor, la impotencia y la urgencia de frenar una crisis creciente. Los ciudadanos piden una solución estructural, sostenible y compasiva.