
21/08/2025 / Exitosa Noticias / Mundo / Actualizado al 21/08/2025
Un nuevo estudio de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA), indica que Ceres, así es llamado el planeta enano ubicado entre Marte y Júpiter, pudo haber tenido condiciones adecuadas para albergar vida hace millones de años.
Últimos hallazgos
El planeta Ceres, cuenta con 940 km de diámetro, y es el cuerpo celeste más grande del cinturón de asteroides. Según el estudio publicado el pasado 20 de agosto, por la revista Science Advances, indica que aporta un elemento crucial llamada: energía química duradera. Siendo que, si alguna vez hubo vida microbiana, esta podría haber permitido su supervivencia.
"La habitabilidad podría ser una consecuencia natural de reunir los ingredientes adecuados, que parecen ser comunes en el sistema solar", señala el estudio de la revista New Scientist.
En la actualidad Ceres es un cuerpo gélido que derriba toda esperanza para la existencia de nueva vida. Sin embargo, el planeta enano pudo haber albergado en algún momento de su historia fuentes de energía interna y moléculas esenciales para el desarrollo de algunos metabolismo.
Un misterio bajo la superficie
Según el estudio, los modelos térmicos y químicos de los científicos demuestran que hace 2,500 millones el cuerpo celeste presentaba un océano subsuperficial con agua caliente y gases disueltos provenientes del núcleo rocoso. Sam Courville, el autor principal del estudio indicó que la presencia de moléculas de agua y carbono son dos piezas fundamentales para la habitabilidad en Ceres.
"La presencia de moléculas de agua y carbono son dos piezas fundamentales del rompecabezas de la habitabilidad en Ceres. Los nuevos hallazgos ofrecen la tercera: una fuente duradera de energía química en el pasado antiguo de Ceres que podría haber hecho posible la supervivencia de microorganismos", resaltó Sam Courville autor.
Asimismo, se afirma que actualmente Ceres tiene más hielo y menor presencia de agua líquida. Señalando que el calor interno ya no es suficiente para evitar la congelación, mientras que el líquido restante es una salmuera concentrada. En ese sentido el autor del estudio estima que el periodo con mayor probabilidad de habitabilidad en este cuerpo celeste fue entre 500 y 2000 millones de años después de su formación.
El hallazgo sobre Ceres refuerza la idea de que los ingredientes para la vida no son exclusivos de la Tierra y que, incluso en entornos aparentemente hostiles, como los planetas enanos del cinturón de asteroides, pudieron darse las condiciones necesarias para la habitabilidad. Aunque hoy Ceres sea un mundo helado e inhóspito, su pasado sugiere que la vida microbiana en el sistema solar pudo haber tenido más escenarios posibles de lo que se pensaba.