Nicolás Lúcar sobre reforma de la Constitución: "Ya es hora de que enfrentemos esta discusión"

Nicolás Lúcar sobre reforma de la Constitución: Ayer otra institución nacional ha decepcionado a los peruanos. Finalmente, el Tribunal Constitucional decidió no decidir, que es lo único que no se puede hacer en circunstancias tan críticas como la que estamos viviendo. Pero esto no enfrenta a nuestra cruda realidad.

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Tenemos un TC cuyos miembros tienen su mandato vencido hace rato. Han debido ser reemplazado por otras personas en sus funciones. El problema es que la manera como se elegía a los magistrados no era precisamente la más democrática y era objeto de repartija entre los partidos.

O sea, tú votas por el mío y yo voto por el tuyo. Y todos tenemos un amigo en el TC para el día que tengamos problemas. Ese tribunal al final lo elige el Congreso de la República, que tampoco cuenta con la confianza nacional. Entonces, ese cambio que habría que hacer mejor esperar a que lo haga el nuevo Congreso.

Sin embargo, eso no enfrenta a un segundo problema. Tenemos que resolver quienes son los miembros del Congreso. Todo el mundo se queja de los congresistas pero quién los eligió sino fue la propia gente. Fueron los mismos electores los que pusieron ahí en la Plaza Bolivar sentados en ese hemiciclo a los señores que ahora no nos gustan.

Somos nosotros los ciudadanos los que lo hicimos. Tenemos la obligación corregir ese tipo de decisión. No solamente eligiendo bien y eligiendo a gente que proponga cosas que luego cumpla. Y no gente que entra con un partido y a los seis meses, ha pasado por dos partidos diferentes.

Es una vergüenza la falta de solidez política, donde uno no sabe de que partido es la gente que está saliendo a hablar con los medios. Porque como saltan tanto de un partido a otro, uno les pierde el ritmo. Entonces, tenemos una responsabilidad de los ciudadanos en la elección de los miembros del Congreso.

◼ Constitución

Tenemos un problema con la Constitución. Hay mucha gente dice que no hay que cambiarla, que si la cambiamos se acaba el mundo. Cuando en Chile están discutiendo el cambio de Constitución de Pinochet. La nuestra tiene dos capítulos que son increíbles.

Según el artículo 117, el presidente de la República del Perú puede asesinar a su esposa, violar a su secretaria o recibir billete de una constructora y no puede ser acusado hasta que termine su mandato. Porque no está en la lista de causales por las que un presidente puede ser acusado durante su mandato.

No está en la Constitución. Es decir, podemos tener ante nuestros ojos a un presidente ladrón, asesino, violador y no podemos tocarlo porque la Constitución no lo permite. Pero además, en su artículo 113 establece las causales de vacancia de lo que tanto se ha hablado. Y dice que el presidente puede ser vacado por permanente incapacidad moral.

Pero no dice cómo se come esa incapacidad moral, qué significa, cuáles son los actos que califican como incapacidad moral. Por ningún lado. Uno exprime la Constitución y no sale.

◼ Congreso

¿Y quién decide si un presidente es incapaz moral o no? El Congreso, con todas las fragilidades que tiene. Ese Congreso si consigue los votos suficientes, tiene derecho a vacar a un presidente. Esto está mal.

¿Cómo se corrige? Cambiando la Constitución. No dejando que esto dependa de la voluntad -a veces perversa- de algunas mayorías, que se pueden lograr en un congreso. Tienen que haber reglas claras con respecto a que clase de presidente queremos tener..

Y qué mecanismos vamos a utilizar para sacarlo de su lugar cuando traicione nuestra confianza. Estamos enfrentados a problemas que no se resuelven simplemente con que el TC diga una cosa u otra.

Hay que cambiar el TC, el Congreso y para eso hay elecciones. Pero también hay que cambiar la constitución. Ya es hora de que enfrentemos esta discusión con responsabilidad. Punto por punto. Qué capítulos vamos a cambiar y por cuáles. Va a haber un debate.

Abramos la discusión. Este es el momento. ¿Hay que cambiar la Constitución? Por supuesto, en montones de aspectos. Ordenemos esa discusión. Este es el momento de empezarla. Con serenidad e inteligencia.