
26/07/2025 / Exitosa Noticias / Policial / Actualizado al 26/07/2025
En el segundo paradero de Huáscar, en San Juan de Lurigancho (SJL), dos amigas que solo querían salir adelante con su salón de belleza pasaron una madrugada de terror. Delincuentes les dejaron un explosivo en la puerta, y aunque ya habían denunciado las amenazas, ellas aseguran que la Policía casi ni se ha hecho presente y ahora temen por su vida y la de sus propios clientes.
Detonan explosivo en salón de belleza
La madrugada del 26 de julio, como a la 1:30 a. m., los vecinos se despertaron asustados por una fuerte explosión. Era un explosivo que unos delincuentes habían dejado en la puerta de un salón de belleza. Las dueñas, desesperadas, salieron corriendo y llamaron a la Policía, pero la ayuda demoró en llegar.
Tuvieron que pasar al menos tres horas para que recién llegaran los policías y agentes de la Unidad de Desactivación de Explosivos de la Policía Nacional del Perú (UDEX) a ver qué había ocurrido.
Denuncian extorsión y abandono policial
Las dueñas del negocio, por seguridad prefirieron no dar sus nombres, pero contaron que hace apenas tres meses arrancaron con el negocio para salir adelante y tener su propio ingreso. Lo que empezó como un sueño bonito, ahora se ha vuelto una completa pesadilla.
Según relataron, todo empezó cuando uno de sus teléfonos recibió mensajes con amenazas directas. Los extorsionadores les exigían S/10.000 para "dejarlas trabajar tranquilas" y no atentar contra su familia ni su local.
"El mensaje fue directo: me mandaron videos de armas con balas, diciéndome que pague cupo. Me pidieron S/10.000. Los delincuentes se identificaron como 'La Batería del Loco'", sostuvo una de las agraviadas.
Preocupadas, acudieron a la comisaría más cercana para dejar constancia del hecho y pedir protección. En ese momento, les prometieron enviar a un policía de manera diaria para revisar la zona y hacer seguimiento del caso. No obstante, aseguran que en más de medio mes solo han visto al efectivo en dos ocasiones.
Otro punto alarmante del caso es que el número desde donde enviaron los mensajes extorsivos ya tendría antecedentes. Las agraviadas afirman que al momento de la denuncia, se enteraron de que ese número ya contaba con registros previos de amenazas similares.
A pesar de haber advertido a las autoridades sobre las amenazas previas, las emprendedoras de SJL se sienten desprotegidas. El explosivo detonado en la puerta de su salón de belleza fue, según dicen, la prueba de que los extorsionadores van en serio, y de que el abandono policial es una realidad que enfrentan cada día.