
13/10/2025 / Exitosa Noticias / Espectáculos / Actualizado al 13/10/2025
Jefferson Farfán volvió a captar la atención del público al protagonizar un momento inesperado durante una transmisión en vivo junto al streamer Cristorata.
En medio de una charla distendida, el exfutbolista ofreció su mansión en La Molina, una propiedad valorizada entre 2.6 y 4.5 millones de dólares, dejando a todos sorprendidos.
El encuentro, transmitido en la plataforma Kick, comenzó como una conversación relajada entre ambos, hasta que la 'Foquita' lanzó una frase que cambió el tono del diálogo: "O si no, te vendo mi casa", dijo entre risas.
De inmediato, Cristorata respondió con humor: "Véndemela, barrio, pero te la pago en 24 cuotas", provocando carcajadas entre los espectadores.
Farfán siguió con la broma, pero su tono dejó entrever cierta confianza. "Tengo mucha confianza en ti, sé que no me vas a fallar, va a haber un contrato de por medio", afirmó el exjugador de la selección peruana, mientras los comentarios del público no se hicieron esperar.
El humor que conquistó las redes
Lo que parecía una simple broma se convirtió en uno de los momentos más comentados de la jornada. Miles de usuarios reaccionaron al intercambio, que mezcló humor, cercanía y una inesperada propuesta de venta.
Cristorata, fiel a su estilo, continuó el juego con frases cargadas de humor negro, diciendo: "Quizá muera y no te das cuenta". Farfán, sin perder la calma, respondió entre risas: "No pasa nada".
Cuando el streamer preguntó quién asumiría la deuda si algo le ocurría, el exfutbolista contestó: "Me imagino que un apoderado tuyo", añadiendo un toque de formalidad al intercambio.
Finalmente, Cristorata cerró el momento con una frase que desató carcajadas: "No, yo no dejo nada a nadie", concluyó entre risas. La escena se viralizó rápidamente en redes sociales, generando un debate sobre la curiosa mezcla entre el deporte tradicional y el entretenimiento digital.
La mansión que simboliza una era dorada
La propiedad que Farfán ofreció no es cualquier vivienda. Ubicada en una de las zonas más exclusivas de La Molina, la mansión representa el legado de una vida marcada por el éxito deportivo y personal del exfutbolista.
El terreno supera los 2,000 metros cuadrados, con una construcción de 1,130 metros que combina lujo, privacidad y confort. Cuenta con siete dormitorios, siete baños completos, un gimnasio con sauna seco y húmedo, y un sótano social con barra, pista de baile y sala de juegos.
Además, posee una piscina amplia rodeada de jardines, una terraza ideal para reuniones familiares y una zona de parrilla con vista a una cancha de fulbito.
Cada detalle, desde la chimenea a gas hasta el bar de mármol, refleja el estilo de vida que Farfán construyó tras años de éxito en el fútbol internacional.
Más que una casa, la mansión simboliza una etapa dorada para el exjugador, y ahora, con humor y complicidad, su propuesta a Cristorata unió a generaciones distintas bajo el mismo techo: el del entretenimiento y la nostalgia.