
04/09/2025 / Exitosa Noticias / Mundo / Actualizado al 04/09/2025
Casi cuatro décadas después de desprenderse de la Antártida, el iceberg conocido como A23a, que llegó a ser considerado el más grande del mundo, se está derritiendo y expertos señalan su desaparición por completo en las próximas semanas.
La historia del iceberg A23a
El iceberg A23a se desprendió de la plataforma de hielo Filchner-Ronne de la Antártida en 1986 y terminó encallado en el fondo del mar de Weddell durante más de treinta años.
Sin embargo, en el año 2020 fue arrastrado hasta el Atlántico Sur. Y, aunque por un tiempo quedó varado, cuatro años más tarde volvió a arrancar nuevamente su recorrido.
Posteriormente a su andadura, a inicios del 2025 su gran tamaño llegó a presentarse como una amenaza para las zonas de alimentación de los pinguinos en una remota isla del Atlántico Sur, pese a ello continuó con su camino.
Hoy, este pedazo de hielo gigantesco no solo perdió su título, sino que científicos vaticinan que su derretimiento es acelerado por lo que su desaparición será absoluta. Vale indicar que, medía casi 4 mil kilómetros, pero actualmente su tamaño se redujo a menos de la mitad, con solo 1770 kilómetros cuadrados y 60 kilómetros de ancho.
Inminente final
En las últimas semanas, colosales trozos de hielo se han desprendido del iceberg A23a plagando de fragmentos el mar al estar expuesto a aguas cálidas y azotado por enormes olas.
Por su parte, frente a este panorama, Andrew Meijers, oceanógrafo físico del British Antarctic Survey (BAS), en diálogo con la agencia de noticias AFP ha revelado un desolador final.
"Yo diría que está en vías de desaparición básicamente se está pudriendo por debajo. El agua es demasiado cálida para que se mantenga. Se está derritiendo constantemente", manifestó el experto.
Posibles causas y efectos
Pese a que el desprendimiento de los icebergs es un proceso natural, los científicos sostienen que el ritmo al que se están perdiendo es una gran problemática. Y el hombre al igual que el cambio climático están detrás de esta aceleración de desprendimiento.
De otro lado, la desintegración del A23a puede tener efectos beneficiosos, tales como liberar nutrientes al océano favoreciendo la productividad biológica. Sin embargo, resaltan efectos negativos debido a que la fragmentación también plantea desafíos para la navegación y la pesaca en el Atlántico Sur.
De esta manera, científicos han vaticinado que el iceberg A23a se está derritiendo y va camino a su desaparición absoluta.